Cada estación tiene un propósito alineado a nosotros que podemos/debemos desarrollar en paralelo. El invierno trae la abundancia personal.
Su elemento es el agua. Ella conserva toda la fuerza y la transparencia que necesitamos para reconocernos y valorarnos. Cada invierno, encontramos en este ciclo la sabiduría que venimos a desvelar para recuperarnos de la escasez con la que creímos venir a este mundo.
A partir de ahora debemos estar atentos a los espejos en los que nos vamos a mirar (ya sean espejos físicos que forman parte de la decoración de tu casa o de tu trabajo, o personas espejo con las que te vas a ir topando)
Ambos espejos te proporcionarán el reflejo que necesitas para restablecer tu confianza. Debes saber que ahora que necesitamos penetrar en nosotros, vamos a conectar con partes nuestras que nos vinculan con una falta de poder que nos invalida. <Esta alarma se activa a través de lo que escuchamos “negativo” sobre nosotros de alguien de fuera> Esto nos mete de golpe en el pensamiento autocrítico- destructivo.
Pero esta alarma también se puede activar al esperar escuchar algo concreto de ti y que en tu interior sabes que hagas lo que hagas, nadie termina por reconocertelo y mucho menos por verbalizartelo.
El invierno simboliza la intención de siembra. Toda semilla que se plante ahora, si le damos la profundidad que requiere, evolucionará el resto del año.
Tres cosas importantes para ESTAR en la abundancia personal:
1. Mengua tu actividad de fuera y activa la de dentro. Es el momento idóneo para estar contigo misma para poder penetrar en lo que te da la tranquilidad y la armonía personal.
2. Revisa, ordena, y valora tus recursos materiales. Ellos simbolizan cómo te sabes gestionar en la vida y cómo te realizas diariamente con aquellos aspectos que sólo tú te puedes gestionar.
3. Reflexiona sobre qué sabes de ti y cómo eso te puede ayudar a hacer la siembra. En realidad en el invierno estamos de festejo interior, estamos haciendo un camino de reconocimiento hacia una parte de nosotros que nos permite convertirnos en personas sólidas. Una vez que hemos hecho este trabajo de reflexión y de confianza, podremos preservarlo para que nos ayude a iniciarnos en la siembra.
Espero que las luces de la navidad no te despisten ni te desvíen de tu propósito, ya que se trata de festejar el encuentro que el día 25 dará lugar a aquello que renace de ti y que te ayudará a hacer la siembra anual.
Abrazo fuerte.
Feliz inicio de invierno.
